Despues de descargar lo del mercadillo, nuevamente a cargar para la caminada, una ducha, cambio de ropa y a cenar con nuestros amigos "Murcianos", que celebraban la festividad de la Virgen de las Maravillas y que tuvieron la deferencia de invitarnos.
La verdad es que siempre pasamos unos ratos muy agradables entre ellos, mientras degustamos una estupenda cena, cocinada con todo cariño por el grupo de excelentes cocineros de la entidad.
Después de una animada sobremesa, que no falta nunca, acabamos pasada ya la una de la mañana, con la sospecha, que sería difícil dormir esa noche.
Una vez mas dar las gracias a todos, por el cariño con el que nos acogen cada año y la seguridad de que nos tienen a su completa disposición.
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